martes, octubre 07, 2008

El planeta de los simios

Leo una noticia en Internet que me sorprende y me divierte al mismo tiempo. Al parecer, en Japón, el dueño de un bar de sake emplea a macacos como camareros. Los monitos sirven y reparten las bebidas a los complacidos clientes y lo hacen con la presteza y la finura del mejor de los barman. La noticia es realmente curiosa. Estoy en contra de la explotación de los animales, y de la explotación de los seres humanos por los seres humanos, pero hay que reconocer que es realmente gracioso ver a los pequeños macacos llevar las bebidas de un lado a otro, vestidos con sus chalequitos de camarero y recibiendo el agradecimiento de los divertidos parroquianos.
Hasta aquí la parte graciosa del asunto, porque en realidad, esta anécdota es más siniestra de lo que a simple vista parece. ¿Alguien ha visto una película cuyo título original es "Conquest of the Planet of the Apes" (La conquista del planeta de los simios, vamos)"? Este film es una "precuela"/secuela de "El planeta de los simios", la famosa película protagonizada por Charlton Heston, y narra, entre otras cosas, cómo los monos se adueñan de la Tierra y acaban con la tiránica civilización humana... La tesis propuesta es muy sencilla: en una sociedad futura en la que, a causa de una plaga mortífera, han desaparecido perros y gatos, éstos han sido sustituidos por chimpancés y otros primates, que además ejercen funciones de sirvientes y criados.Vamos, que entre otras muchas cosas, hacen lo que estos macacos de Tokyo: currar de camareros, obreros, mineros, etc...¿Y qué es lo que pasa? Pues que al final, los simios, hartos de sufrir tamaña explotación, se rebelan y se alzan en armas contra los humanos...Es el fin de nuestra civilización...Sí, ya sé que es una película, que los macacos no son tan inteligentes como los chimpancés, que ni siquiera éstos podrían empuñar un fusil...pero, por algo se comienza...¿Quién sabe? En la película, los monos, debido al constante contacto con los humanos, aprendían lo suficiente para sabe que aquello no estaba bien y provocar una revolución...Quién sabe, quién sabe.

viernes, octubre 03, 2008

Reflexiones de un vago

Uno de mis lectores me ha escrito reprochándome el hecho de que apenas escribo en este blog y que dedico demasiado tiempo a la lectura. Tiene razón este querido lector anónimo. La verdad es que llevaba sin escribir desde el mes de junio. Pero ya se sabe,que si las vacaciones, que si el trabajo, que si hago esto, que si hago lo otro. Además, he comenzado la escritura de un nuevo blog dedicado al cuento corto, cuya dirección incluyo en este post:

http://a-breve-dero.blogspot.com

En fin, procuraré escribir más a menudo. Todo sea por mis lectores. Por cierto.¿cuántos serán? Tal vez sea sólo uno. No lo sé. El caso es que el que me ha escrito tiene razón: a escribir tocan.

jueves, septiembre 18, 2008

Guerra y paz

"Guerra y paz", del gran novelista ruso León Tolstoi, es una auténtica maravilla de libro. No sólo conserva despierta mi mente, absorta por un trama que te obliga a pasar sin descanso hoja tras hoja, también mantiene en forma mi cuerpo. Cargar todos los días con sus cerca de 2000 páginas y sus varios kilos de peso constituye un ejercicio buenísimo, equivalente a un montón de flexiones o de levantamientos de pesas. Definitivamente, "Guerra y paz" me ayuda a cunplir ese viejo adagio latino que reza "mens sana in corpore sano".

viernes, junio 06, 2008

The same old story


Leo en el periódico una noticia que atrae mi curiosidad. En unas excavaciones en Alemania han descubierto una fosa común con 34 cadáveres de miembros de la misma tribu. Los investigadores han descubierto que todos los huesos pertenecen a hombres, niños y ancianos. Al parecer, hace 7.000 años, en pleno Neolítico, fueron asesinados por una tribu rival, que les atacó para secuestrar a sus mujeres. De ahí, que todas las víctimas de la masacre fuesen varones.
Lo peor de todo, a mi juicio, es que esta noticia podría referirse a muchos de los violentos episodios que suceden hoy en día. El hombre no ha cambiado demasiado. Hoy quizá no matemos por mujeres, por la necesidad imperiosa de reproducirnos y perpetuar nuestra estirpe, pero matamos por petróleo, oro y diamantes. Nuestros guerreros no llevan hachas de piedra sino fusiles automáticos y misiles teledirigidos. Nuestras tribus has sustituidos las pinturas de guerra por banderas e insignias. La codicia y la envidia siguen alimentando nuestro espíritu violento. Seguimos siendo ese mono sanguinario que ha bajado del árbol y que, si no lo remediamos, camina hacia su propia destrucción. ¿Una noticia de hace siete milenios? No, una noticia de ayer mismo.

viernes, abril 18, 2008

Noticias



Leo una noticia en el periódico acerca del descubrimiento en la isla de Borneo de una nueva especie de rana que posee una extraordinaria característica: carece de pulmones y respira a través de su viscosa piel. Así de raro. Por lo visto, no es el único batracio que respira de esa manera, pero a mí me ha parecido una noticia de lo más curioso. La Naturaleza nunca deja de sorprenderme. Cuando creemos que ya la tenemos dominada, que conocemos su funcionamiento, sus manifestaciones más nimias, aparece algo que vuelve a desconcertarnos y a relegarnos a nuestro humilde papel de meros observadores: una rana sin pulmones, un nuevo planeta, una nueva especie de dinosaurio. Son éstos los descubrimientos que me emocionan. Que atraen mi curiosidad. Las noticias que me gustan. No comprendo por qué aparecen en las últimas páginas de los periódicos, en los rincones de las web. Deberían estar en la portada de nuestros periódicos, y generar la misma inquietud que otras noticias menos trascendentes. Un nuevo planeta es para siempre. El ascenso de un político sólo durará unos cuantos años. Una rana sin pulmones es algo sorprendente, maravilloso. La caída de la Bolsa es vulgar, previsible, gris. No es que no me importe la política ni la economía, pero las noticias que más atraen mi interés, que leo con avidez son ésas. Que si han hecho una investigación sobre el lenguaje de los chimpancés. Que si han encontrado un fósil de un dinosaurio marino en medio del desierto. Que si han sacado nuevas fotos al planeta Marte. Las noticias que probablemente atraerían al gran Julio Verne. Noticias que enciendan mi espíritu romántico y aventurero. Pienso: "No todo está descubierto. Todavía es posible sorprenderse, vivir una aventura", y vuelvo a sentirme un niño.

miércoles, marzo 05, 2008

La cucaracha

Leo la siguiente noticia en el periódico. En la república ex soviética de Turkmenistán una cucaracha ha provocado el despido de 30 empleados de la televisión pública. Al parecer, el oscuro animalejo se paseó por encima de los papeles del presentador de los informativos más importantes de la televisión ante toda la audiencia del país. Unos días antes, el presidente del país le había encargado a su ministro de cultura modernizar el canal público heredado de las autoridades soviéticas. Así, pues no es de extrañar que se llevase semejante berrinche y decidiese cortar cabezas. Traten de imaginase la escena trasladada a nuestro país. Lorenzo Milá contando las noticias del día y una cucaracha paseándose tranquilamente por sus papeles. El escándalo sería de aúpa. Imaginen esa oposición, y la hilaridad que provocaría en las cadenas de la competencia.
La cuestión es la siguiente. ¿Quién le iba a decir a esa humilde cucaracha que sería capaz, en su corta vida, de provocar una crisis nacional en un país como Turkmenistán? A veces el destino nos gasta divertidísimas bromas. ¿El destino o el azar? Pienso en la famosa Teoría del Caos. En el llamado “efecto mariposa”.Una mariposa agita sus alas y, al provocar diversos cambios en la presión de la atmósfera, acaba siendo la causante de un tornado. Y ahora, sustituyamos a esa bella mariposa por una vulgar y sucia cucaracha. Juguemos con el azar e imaginemos. El paseo de la mariposa por el plató de los informativos de la ex república soviética provoca el despido de 30 empleados de la televisión pública. Uno de estos empleados, desesperado por haber perdido su trabajo y ante la imposibilidad de ofrecer un futuro digno a su familia, acaba suicidándose. Pero sigamos. El hijo pequeño del suicida, que se ve obligado a trabajar, que ve cómo su madre las pasa canutas para poder alimentar a su prole, engendra un odio terrible hacia el sistema que ha abocado a su padre al suicidio y a su familia a la miseria. El joven huérfano identifica claramente ese sistema con el mundo occidental y decide vengarse de él en cuanto le sea posible. Crece alimentando ese odio imborrable, crece con una idea fija en la cabeza: humillar a las poderosas naciones occidentales. Cuando cumple veinte años se une a un grupo terrorista islámico y participa en la colocación de varias bombas en diversas capitales europeas y americanas. Uno de estos atentados, que provoca miles de muertos, es el causante de una gran crisis a nivel mundial. Los EE.UU., heridos y desesperados, lanzan sus bombas atómicas contra algunos de los países de Oriente Medio a los que acusa de apoyar y acoger a los terroristas. Como consecuencia de este ataque, los islamistas de Pakistán derriban al gobierno de su país y lanzan sus bombas atómicas contra Occidente. Guerra Mundial. Fin de la especie humana, al menos tal como la conocemos. Caos. Fin del Mundo.
Y todo por culpa de esa cucaracha que osó pasearse por un plató de televisión. Así que la próxima vez que encuentren una cucaracha en el cuarto de baño o corriendo por las escaleras de su casa, por favor, no la espachurren, déjenla seguir su camino. Nunca se sabe lo que puede pasar.

jueves, febrero 21, 2008

Batalla

El angelito bueno que está sobre mi hombro derecho dice: "Escribe, escribe". El diablillo malo del otro hombro dice: "No lo hagas, no escribas, descansa, descansa". El angelito bueno insiste: "Escribe, no abandones a tus lectores". Y el diablillo: "Que les den a tus lectores. Descansa, vaguea".

Uf, creo que ganó el diablillo malo.

miércoles, febrero 13, 2008

La liebre blanca


Una vez más, leo una noticia en la prensa que me deja tristemente sorprendido. En Santa María de los Llanos, un pueblo de Cuenca, han cazado una liebre albina, es decir, 100% blanca. Se trataba de un ejemplar único, como Copito de Nieve, un caso rarísimo, pues el albinismo es una variante escasamente frecuente en la Naturaleza, y el artículo señala que las posibilidades de que el animal haya dejado una "descendencia blanca" son mínimas. Vamos, que será prácticamente imposible, al menos en muchísimos años, volver a ver una liebre albina campeando y brincando por tierras manchegas.
No puedo dejar de pensar, a tenor de lo que cuenta esta noticia, en la complicada relación del hombre con la Madre Naturaleza. En esa arraigada manía que tiene el género humano de "cargarse" o encerrar todo lo que es único y diferente en vez de conservarlo y cuidarlo como si fuese una extraña joya. De modo que vemos un animal irrepetible, un prodigio de la genética, y le metemos una perdigonada, aún sabiendo que nunca volveremos a toparnos con algo semejante. Además, la muerte de este bonito ejemplar de liebre no es fruto de la casualidad: al parecer, el animal había sido avistado hacía un año y medio, y desde entonces se había convertido en un objetivo de todas las batidas de caza. En fin, que tiempo hemos tenido para meditar acerca de lo que íbamos a hacer, para darnos cuenta de que si matábamos a la liebre, no volveríamos a verla jamás. Ahora, el animal va a ser disecado y formará parte de alguna colección de trofeos cinegéticos. ¿Podrá el poseedor de la misma comparar la belleza de un animal vivo con el gélido hieratismo de una pieza embalsamada? Así somos los hombres: irresponsables, diabólicamente egoístas. Queremos poseerlo todo, incluso lo que no nos pertenece, la fugacidad blanca de una liebre albina.

martes, enero 08, 2008

Demasiado humano

Esta tarde alguien me ha recordado que tengo un blog. Un blog titulado "Diario de un tipo distraído". ¡Y tan distraído! ¡Como que llevo casi un año sin escribir nada! ¡Completamente distraído! ¡Qué vergüenza! Ha sido como si me recordaran que tengo un perro al que no saco a pasear o un hijo a quien no doy de comer...Bueno, esto último tal vez sea una exageración. Aunque pensándolo bien, un blog no es un hijo, pero se le parece...Hay que engordarlo y hacerlo crecer, y hay que cuidarlo.
Pero es que me falta tiempo. Hago demasiadas cosas. Quiero ser un Leonardo da Vinci, y me quedo en un aprendiz de brujo. Pero así son las cosas. El hombre dispone y...
Quisiera que los días tuvieran 28 horas, y aún así tampoco creo que hiciese más. Yo soy un hombre pensante, un soñador. Levanto castillos en el aire, mi obra nunca verá la luz, nunca traspasará las fronteras de lo mental. Resistirá más que nunca el paso del tiempo, y cuando las pirámides se derrumben, mis sueños permanecerán intactos, a la espera de que algún otro u otra recoja el testigo de mi imaginación.

martes, abril 24, 2007

Dr. House (o acerca de las gracias que no hacen gracia)



Hace unos días, haciendo la compra en un hipermercado, me encontré con un libro titulado algo así como "Dr. House. Una guía de vida". El libro compartía un stand con otros éxitos editoriales: novelas históricas de última hora, análisis políticos, libros de autoayuda, novelas premiadas. Lo de siempre. Movido por la curiosidad, lo estuve hojeando un rato, mientras a mi alrededor, mis queridos conciudadanos compraban tornillos, ropa interior, latas de caballa y reproductores de mp3. El libro lleva en la portada una foto del famoso doctor televisivo y no tiene demasiadas páginas. Por lo que pude entrever, es un análisis psicológico del protagonista de "House", la serie de éxito en EE.UU., en España y en medio mundo, y más allá de este homenaje al corrosivo galeno, el libro defiende la siguiente tesis: si quieres triunfar en la vida, compórtate y actúa respecto a los demás como lo haría el Dr. House. La antipatía, el sarcasmo despiadado, la franqueza desmedida, el cinismo, la aspereza y la grosería son el fundamento del éxito profesional y personal, según este libro. Di lo que piensas realmente, sin que te preocupe resultar descortés, y ganarás puntos en tu puesto de trabajo; ironiza ante el sufrimiento y los problemas ajenos, y todos te reirán las gracias; sé huraño, compórtate como un lobo solitario, rezuma amargura y hiel, y serás objeto de la adoración de media humanidad. Esto, más o menos, es lo que viene a decir el libro. Sé un ególatra insoportable y triunfarás en la vida. Pues bien, en mi opinión, el planteamiento del autor es un absoluto despropósito. ¿De veras piensa que un tipo como el Dr. House podría medrar en la vida real? ¿Cree acaso que sus andanzas y aventuras podrían suceder en el mundo de todos los días? Iluso. Éste es el calificativo más benévolo que el autor del libro se merece, si no fuera porque cualquiera se da cuenta de que su objetivo y el de su editorial no es otro que ganar un dinerito de manera rápida y fácil aprovechándose del éxito de la serie. Considérenlo con calma. ¿Les gustaría jugar a ser House durante unos días? Prueben a decirle a su jefe que su estrategia comercial apesta solo un poco menos que su aliento y serán despedidos. Hagan una aguda observación acerca del escote de una de sus compañeras de trabajo y serán abofeteados. Describan sin ahorrarse detalles escabrosos el sabor de uno de los guisotes de su suegra y tal vez obtengan un divorcio. Búrlense de los clientes que entran en su tienda y acabarán arruinados. Gástenle una broma al guardia de tráfico que les está poniendo una multa y acabarán en la cárcel. No, el mundo real no está hecho para los Doctores House que permanecen agazapados al otro lado de la educación y las buenas formas. La arrogancia y el sarcasmo brutal funcionan de maravilla en una serie americana o cuando se juzga a los chavales que se presentan a un concurso de canción moderna (al estilo de Risto), pero cuando sales a la calle, al mundo real, sólo traen problemas. A todos nos hacen mucha gracia las “borderías” y los desaires de House en la tele, pero si nos lo encontrásemos en la calle no dudaríamos en atizarle un mamporro. Las salidas del doctorcito cojo nos parecen genialidades y muestras de humor inteligente cuando las escuchamos en la televisión, pero si alguna vez vomitasen sangre o advirtiesen que uno de sus dedos se está necrosando, y corriesen al hospital más próximo en busca de su Dr. House particular, ¿se troncharían de risa cuando bromease acerca de su dedo podrido o su tos sanguinolenta?