Destino
Voy por la calle camino de casa. Un hombre con acento sudamericano me pregunta por una calle cercana. Le indico el camino, pero cuando el hombre se aleja, veo que toma la dirección equivocada. "No, no es por ahí". Pero él no me cree. Sonríe y me dice que esa calle no está por donde le he indicado. A él le suena que está por otro lado. Yo le aseguro que se equivoca, pero el hombre no me hace caso y se aleja en dirección equivocada. Dejo que se vaya. ¿Quién soy yo para alterar su destino? Tal vez, equivocándose, encuentre lo que busca o quizá algo mejor. Demos una oportunidad a la aventura.