La vuelta
Ya estoy aquí de nuevo. Y lo digo en un doble sentido. Porque ya estoy aquí de nuevo, en este mi blog, en el que hacía mucho tiempo que no escribía; y ya estoy aquí de nuevo, en Madrid, tras mis vacaciones en Túnez. Han sido unos días maravillosos. Sol, desierto, playas, camellos, arena en los ojos y en la boca... En fin, las clásicas vacaciones de un ciudadano occidental en un país en vías de desarrollo. He vuelto, pero no es un retorno triste y frustrante. No. Las vacaciones representan casi siempre una oportunidad para viajar, conocer gente, descansar, practicar nuestros hobbies, romper con la rutina diaria y olvidarse del mundo durante unos días -un periodo de adorable excepcionalidad intercalado en la uniformidad de nuestra vida-; pero no por ello, debemos despreciar el resto del año. Sería como comernos la guinda y dejar en el plato la tarta de nata. La vida continúa y eso, de por sí, es una maravilla. Asistamos, pues, al milagro diario con nuestra acostumbrada perplejidad y disfrutemos del resto del viaje.
Por cierto, hablando de viajes, voy a tratar de poner por escrito mis experiencias como turista en Túnez. Experiencias, vivencias y, sobre todo, reflexiones surgidas a lo largo de mi viaje. No sé cómo llamaré a estas notas viajeras... No quiero ponerme en plan trascendental. Yo vi cosas, cosas que me hicieron pensar, y como tal vez, puedan interesarle a alguien, aquí van.